CONSUMISMO: UNA PROBLEMÁTICA POSTMODERNISTA

~ miércoles, 1 de agosto de 2007

Modernismo es un movimiento artístico, cultural, filosófico, político y literario que se da desde el año 1870 aproximadamente hasta 1950. Éste movimiento está marcado por un desarrollo industrial, por la creación de la mass-media y dos grandes períodos bélicos. Filosóficamente, el modernismo defiende la razón humana por la de Dios, una mirada cien por ciento antropológica, donde ubica al hombre como eje principal en la realización del acto.

Como consecuencia de la constante desilusión del actuar humano durante éste período, nace el Postmodernismo, que sería una contraposición al Modernismo, cuyas bases serían la crítica de las vanguardias artísticas, intelectuales y sociales previamente establecidas, la defensa de la hibridación, la cultura popular, el descentramiento de la autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante los grandes relatos.

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El Postmodernismo duda de la creencia modernista mediante dos maneras:

A) Constata que utilizamos la razón para satisfacer nuestros intereses y deseos; la verdad es cualquier cosa que llene este vacío.
Ejemplo: Si yo anhelo que aquél lápiz sea una goma de borrar, puedo lograr creer en mi verdad y renuncio al acuerdo social de la definición de un lápiz.

B) El conocimiento no es neutral, estamos inmersos en un contexto histórico-cultural que limita nuestras ideas y juicios y que nunca podremos renunciar a aquello por una reflexión. (Hermenéutica de la finitud)
Ejemplo: Si yo escribo un hecho acontecido, lo escribiré bajo mi mirada y mi tendencia, aunque lo quisiese objetivizar, esto sería imposible, pues mi contexto histórico-cultural me impone como ley invisible basarme en él para relatar aquel hecho.


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Gianni Vattimo nos explica que en el pensamiento postmoderno lo importante no son los hechos, sino sus interpretaciones. La veracidad de un hecho no sería más que eso, sino una verdad relativamente representada y, por ende, incierta. De tal manera, se logra cuestionar y poner duda a filósofos tan relevantes como Kant, Marx, Hegel, etc.


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Según Jean-François Lyotard, la sociedad actual postmoderna en la realidad del dinero, se acomoda a todas las tendencias y necesidades del individuo, siempre que se tenga poder de compra. Critica también los metadiscursos, ya sean idealistas, marxistas, el liberalista, el cristiano, etc., por su incapacidad de lograr preciada liberación. Expone también que el Postmodernismo se caracteriza por la abolición de la creencia en metarelatos, por el criterio de operatividad tecnológico por sobre juicios de verdad y justicia. Lyotard defiende la pluralidad cultural y la riqueza de la diversidad.




Bajo éstos parámetros que nos caracterizan al Postmodernismo, se logra comprender en términos globales qué es y hacia dónde va éste movimiento. De esta manera, llegamos a un paso fundamental dentro de la comunicación, el análisis acabado en cuánto a los distintos paradigmas “hijos” que pudiésemos encontrar dentro de éste paradigma “padre”.


Hoy estamos inmersos en un sistema económico capitalista globalizado, en el que la cultura y las conductas del grupo social o individuo, son regidas netamente en función del dinero y la máquina. Nadie puede decir que nunca ha sido objeto de consumo, pues día a día se nos estampa en la frente un precio, y ante nuestros ojos no logramos captar cómo se va aislando la posibilidad de tener una amplitud de miras, de madurez y de empatía.

Los medios de comunicación de masas se han encargado de favorecer esta “desculturización” global, cayendo en la inyección de tendencias, en el rodaje incesante de publicidad engañosa, individualista y avara, en la importancia de la superficialidad por sobre el contenido, etc.

Es importante rescatar que dicha problemática puede ser, en gran parte, la causante de nuestra construcción de la realidad un tanto pesimista, con miras negativas hacia el futuro y sin libertades. Ya Marcuse nos proponía la Unidimensionalidad, personas que viven sólo en una dimensión, que no tienen otra libertad que la de la elección entre un producto y otro, una marca u otra. Esto nos recalca que la mass-media, la reproducción, el cine, mediante el nacimiento de la publicidad como medio de propagación para el consumo, han dado muerte a la posible cultura verdadera en la que nosotros pudiésemos creer.

Nos resulta imposible pensar un mundo sin las imágenes que nos ofrece la publicidad, pero cabe destacar que estas imágenes son la mera cortina de una perversión comunicativa que intenta vender todo un sistema mediante la espiritualidad de los objetos y su desvirtualización de la realidad en las imágenes a mostrar. De este modo, la publicidad, que comienza como una interpretación ingenua del Modernismo y que luego pasaría a ser un arma de propaganda para la burguesía, poco a poco pierde terreno en cuanto a su carácter de origen, y pasa en metamorfosis sociales, políticas y de instituciones que son asignadas.

Es así que el consumismo posiblemente sea uno de los problemas más destacables del Postmodernismo, pues se expresa a través de la creación de un mundo simbólico basado en estratificaciones sociales, donde los objetos se transforman en una exhibición que demuestra una identidad social o simplemente un grado de opulencia. De tal manera, la necesidad se vuelve un anhelo social y el mundo simbólico antes mencionado funciona como un momento de reproducción de estilos de vida y valores dominantes ya en la sociedad. Como consecuencia, los productos mercantiles se transforman en el principal motor de la comunicación en el Postmodernismo

POR:JULIO DIAZ(MATALOWEBZINE)

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